Los 7 errores más comunes al comenzar en belleza (y cómo evitarlos desde el día uno)

Los 7 errores más comunes al comenzar en belleza (y cómo evitarlos desde el día uno)

Empezar una carrera en el mundo de la belleza es emocionante, pero también desafiante. Muchas veces, por falta de experiencia o información, se cometen errores que pueden frenar tu crecimiento o incluso hacerte dudar de tu talento.
Si estás dando tus primeros pasos como manicurista, lashista o esteticista en general, este artículo es para ti. Aquí te compartimos los 7 errores más comunes que cometen quienes recién comienzan, especialmente en Chile, y lo más importante: cómo evitarlos desde el día uno.

1. No invertir en una buena formación

Por qué es un error: Muchas optan por aprender solo viendo TikToks o YouTube. Aunque eso puede ayudar a inspirarte o conocer técnicas nuevas, no reemplaza una base sólida ni una guía profesional real. Además, confiar solo en recursos gratuitos puede generar malos hábitos difíciles de corregir más adelante.

Cómo evitarlo:
Busca cursos certificados, con práctica real y acompañamiento constante. Asegúrate de que el curso esté actualizado con técnicas modernas y adaptado al mercado local. Es clave que el/la formadora tenga no solo buenos trabajos, sino también habilidades de comunicación y enseñanza. Recuerda: el mejor técnico no siempre es el mejor maestro.

Mantén siempre una mentalidad de aprendizaje continuo. Es normal perder motivación a veces, pero la calidad y los resultados vienen de la práctica constante y la disciplina. Además de cursos técnicos, complementa tu formación con temas fundamentales como higiene, bioseguridad, enfermedades comunes, química de productos, o técnicas avanzadas específicas. Cada curso que tomas te da más herramientas para destacarte y trabajar con mayor seguridad y confianza.

2. Comprar productos por moda (y no por calidad)

Por qué es un error:
Es fácil caer en el impulso de comprar lo más “popular” en redes sociales, especialmente si lo ves en manos de influencers. Pero lo que es tendencia no siempre es lo mejor para ti o para el tipo de servicio que quieres ofrecer. Muchas veces terminamos gastando de más en productos que no usamos o que no son compatibles con nuestra técnica.

Cómo evitarlo:
Comienza con un kit básico pero profesional, pensado para tus necesidades reales. Invierte en productos que sean de calidad y durables, especialmente en aquellos que usarás a largo plazo (como lámparas, pinzas, alicates o fresas). En el caso de los productos consumibles (como geles, adhesivos, removedores, pads, esmaltes o pigmentos), asegúrate de entender:

  • Su formato y presentación (¿es práctico para tu ritmo de trabajo?)
  • Su tiempo de vida útil (¿caduca rápido? ¿requiere refrigeración?)
  • Los cuidados y almacenamiento que necesita
  • Si su calidad y características se alinean con el tipo de clienta y servicio que quieres ofrecer (por ejemplo, ¿buscas un acabado natural, durabilidad extrema, o rapidez de aplicación?)

Investiga marcas recomendadas por profesionales en tu país, lee reseñas honestas y no tengas miedo de preguntar en comunidades de tu rubro. Antes de comprar, hazte siempre esta pregunta:
¿Este producto mejora la calidad de mi servicio o solo me lo estoy comprando por impulso?

3. Cobrar muy poco por miedo a perder clientas

Por qué es un error:
Cobrar precios bajos puede parecer una buena estrategia para atraer clientas al principio, pero a largo plazo puede dañar tu autoestima, frenar tu crecimiento y afectar la percepción que los demás tienen de tu trabajo.
Es importante entender que precio no es lo mismo que valor. El precio es lo que cobras, pero el valor es lo que el cliente percibe y recibe. Si tú misma no valoras lo que haces, será muy difícil que otros lo hagan.
Además, cuando tus precios son demasiado bajos, das la impresión de que tu servicio vale poco, aunque hagas un excelente trabajo. Y una vez que acostumbras a tus clientas a un precio bajo, subirlo después se vuelve un desafío.

Cómo evitarlo:
Empieza por calcular tus costos reales (materiales, tiempo, energía, formación, etc.) y define un precio justo y profesional. Puedes ofrecer promociones estratégicas como packs, programas de fidelidad o incentivos por referidos, pero evita regalar tu trabajo.
Recuerda: no estás vendiendo solo un servicio, estás construyendo una marca personal y una experiencia. Lo barato puede llamar la atención una vez, pero el valor real es lo que hará que las clientas vuelvan.

4. No tomarse en serio como profesional

Por qué es un error: Al tratarlo como algo “casual”, no te comprometes con la calidad, la puntualidad ni la presentación.
Cómo evitarlo: Desde el primer día, actúa como una profesional: agenda bien, cuida tu imagen, responde con respeto y sé responsable. Es clave alinear el tipo de servicio que quieres ofrecer (budget/ low cost, best value, premium) con las características y el precio del mismo.

5. No registrar tu avance ni documentar tu trabajo

Por qué es un error:
No tomar fotos ni llevar un registro de tu trabajo es perder una de las herramientas más poderosas que tienes como profesional. Las imágenes no solo sirven para atraer nuevas clientas en redes sociales, sino también como evidencia real de tu progreso, tu estilo y tu compromiso con la calidad.
Además, llevar un registro visual (y por escrito) de tus trabajos funciona como una especie de journaling profesional, que te ayuda a detectar patrones, errores comunes, mejoras logradas y técnicas que puedes perfeccionar. Sin esa información, es difícil avanzar de manera sistemática y consciente.

Cómo evitarlo:
Haz de la documentación parte de tu rutina diaria. Usa tu celular para tomar fotos con buena iluminación, fondos neutros y consistencia visual. Crea un portafolio en Instagram o una carpeta privada si aún no estás lista para publicar. Incluso puedes agregar notas breves sobre cada servicio: qué hiciste, qué productos usaste, qué aprendiste.
Esto no solo te motiva al ver tu evolución, sino que también transmite seguridad y profesionalismo a tus clientas. Ver resultados reales de otras personas genera confianza y reduce la barrera a probar tu servicio, especialmente si están conociéndote por primera vez.

6. No cuidar la postura ni la salud física

Por qué es un error: Muchas terminan con dolores de espalda, muñeca o cuello por malas prácticas desde el principio.
Cómo evitarlo: Usa una silla ergonómica, haz pausas activas, y aprende técnicas que no fuercen tu cuerpo. Tu salud es tu herramienta de trabajo.

7. Compararse todo el tiempo con otras profesionales

Por qué es un error:
Hoy más que nunca, las redes sociales nos exponen a trabajos espectaculares, estudios perfectos y clientas felices. Pero detrás de cada publicación hay filtros, práctica, y un proceso que no siempre vemos. Compararte todo el tiempo con otras puede generar frustración, inseguridad y la falsa idea de que no estás avanzando lo suficiente, cuando en realidad sí lo estás haciendo.
La comparación constante te roba foco, energía y motivación. Terminas midiendo tu camino con la vara de alguien más, y eso te desconecta de tu propio proceso y valor.

Cómo evitarlo:
Mira otras cuentas como una fuente de inspiración estratégica, no como una amenaza. Si ves algo que te gusta, pregúntate: ¿Qué puedo aprender de esto? ¿Cómo puedo aplicarlo a mi estilo, a mi ritmo, con mis recursos?
Céntrate en tu progreso diario, no en la perfección ajena. Lleva registro de tus avances (fotos, videos, notas) y celébralos. La mejora viene con práctica, constancia y paciencia. Recuerda: lo importante no es compararte con otras, sino con la versión de ti misma de ayer.

Conclusión

Todos cometemos errores al comenzar, lo importante es identificarlos a tiempo y aprender de ellos. Si estás leyendo esto, ya estás dando un paso adelante.
En Taller Bonnie, estamos para acompañarte en este camino con cursos, recursos y una comunidad que te apoya desde el corazón. ¡Tú también puedes vivir de tu pasión!

Regresar al blog

Deja un comentario

Ten en cuenta que los comentarios deben aprobarse antes de que se publiquen.